No parece ser muy fácil administrar un territorio donde las condiciones de pobreza se mantienen en niveles superiores a la media nacional y la generación de empleo directo, a través de instituciones públicas, es una posibilidad bastante remota, debido a que las nóminas estatales están completas y los recursos del presupuesto, para apoyar los emprendimientos, son limitados.
Ante este escenario, la estrategia más aconsejable para ofrecer nuevos empleos consiste en convertir a los municipios en destinos de inversión empresarial, figura que requiere esfuerzos especiales del sector público, tanto municipal como departamental, para facilitar el crecimiento ordenado del sector privado. Con estas acciones se impulsaría el crecimiento de los negocios ya existentes y se promovería el establecimiento de nuevas empresas respaldadas por capitales nacionales y/o internacionales.
Se espera entonces, que estas empresas se encadenen a la economía regional consumiendo los productos agropecuarios e industriales de nuestro territorio, lo que fortalecería el intercambio de bienes y servicios. Bajo este esquema de trabajo, nuevas inversiones productivas generarían nuevos empleos, aumentando el recaudo de impuestos y fortaleciendo el tejido empresarial para responder a los cambios normativos y las condiciones específicas de la demanda.
Sería deseable que los inversionistas encuentren en el territorio las condiciones propicias, no solo para movilizar el capital sino también para trasladarse con su familia, lo que implica contar con colegios e instituciones de educación superior de buen nivel académico, cobertura completa de servicios públicos, seguridad ciudadana y un eficiente servicio de movilidad urbana y de transporte supramunicipal.
Estos requerimientos forman parte de un grupo más amplio, cuya medición define las condiciones de competitividad de un territorio. En el entorno internacional, el estudio lo adelanta anualmente Foro Económico Mundial que en su último informe, presenta a Colombia en el puesto 66 entre 137 países evaluados; a nivel nacional, esta medición la efectúa el Consejo Privado de Competitividad al comparar las condiciones de 26 territorios (25 departamentos y la ciudad de Bogotá), mostrando que actualmente, el Cesar ocupa el puesto 20 de 26, clasificándolo en un grupo no muy aventajado, del cual hacemos parte también Casanare, La Guajira, Meta y Putumayo.
Si Colombia ocupa la posición 66 entre 137 países, los inversionistas internacionales considerarán primero las 65 posiciones superiores de la lista antes de decidirse por nuestro país. Una vez la mirada esté en Colombia, revisarán las condiciones de los 19 departamentos que tienen mejores calificaciones en competitividad, antes de escoger al Cesar.
Los retos de mejorar los índices evaluados en el territorio y establecer las condiciones únicas de atractividad para la inversión, están en manos de la Comisión Regional de Competitividad del Cesar, grupo de trabajo presidido directamente por el Gobernador del Cesar, donde participan empresarios, universidades, instituciones públicas y la sociedad civil.
De otro lado, es necesario mencionar que, la viabilidad de los negocios la establecen de manera individual, los propios inversionistas, al evaluar conscientemente los riesgos en cada uno de los factores que condicionan la rentabilidad de las unidades productivas. El estudio de viabilidad de una franquicia de restaurante tendrá probablemente, resultados distintos al modelarlo dentro o fuera de un centro comercial, sobre una vía principal o en un barrio residencial.
Las capitales de departamento más cercanas a Valledupar se encuentran a 4 horas de viaje, lo que ha permitido que esta ciudad se convierta en un referente subregional, que presta servicios comerciales, financieros, de salud, educación y trámites administrativos a un conjunto poblacional, mayor a 1.5 millones de personas, que habitan en un área de influencia que traspasa los límites del Cesar.
Gracias a esto, la dinámica empresarial de Valledupar ha sido superior a las condiciones de competitividad del territorio y mantiene un alto nivel de dinamismo. La evidencia la constituyen los cuatro centros comerciales construidos, la puesta en funcionamiento de grandes superficies como SAO, Jumbo, Easy, Éxito y de empresas que multiplican las posibilidades de atención como Justo y Bueno y la Olímpica, que están montando nuevos puntos de atención en las diferentes comunas de la ciudad.
Es necesario reconocer que hay mucho trabajo por hacer para alcanzar el territorio amable y competitivo que todos necesitamos y deseamos, pero debemos tener la seguridad de que las instituciones públicas y privadas trabajamos a todo vapor para ofrecer en el Cesar las mejores condiciones de vida posible y de esa manera, seguir construyendo el Departamento Piloto de Colombia.
Jose Luis Urón Márquez
Presidente ejecutivo
Cámara de Comercio de Valledupar