De los 2219 kilómetros que identifican la frontera entre Colombia y Venezuela, 150 corresponden a los límites orientales de siete municipios del departamento del Cesar: Manaure, La Paz, Agustín Codazzi, Becerril, La Jagua de Ibirico, Chiriguaná y Curumaní. A pesar de no contar con una frontera viva de intercambio comercial reconocida y controlada por aduanas entre el Cesar y el Estado Zulia, esta subregión mantiene un flujo informal de personas y cierto tipo de mercancías bajo el amparo de fuerzas paraestatales que controlan el territorio.
La apertura formal de los siete puntos fronterizos entre los dos países este 26 de septiembre de 2022, nos recuerda la importancia del paso en Paraguachón en el Municipio de Maicao – La Guajira, que se conecta por carretera con el norte de nuestro departamento y de los tres pasos internacionales localizados en Cúcuta – Norte de Santander, que brindan oportunidades al centro y sur del Cesar de manera directa y que vuelven a poner sobre la mesa, la importancia de consolidar en el Plan Nacional de Desarrollo la conexión vial Cúcuta, Rio de Oro, Aguaclara, hasta el Puerto fluvial sobre el río Magdalena en Gamarra.
Con la apertura se abren oportunidades para el intercambio comercial binacional, pero también para consolidar procesos de fortalecimiento institucional entre autoridades ambientales para maximizar la experiencia venezolana y plantear acciones para recuperar la capacidad ambiental de la Serranía de Perijá del lado colombiano.
El conjunto de universidades con sede en el Cesar, tienen el escenario oportuno para liderar procesos de integración con Venezuela, brindar apoyo a la solución de problemas públicos y privados a través de la innovación y generación de capacidades. Los empresarios locales cuentan con el respaldo y capacidad de las convocatorias de las Cámaras de Comercio de Valledupar y Aguachica para promover nuevos acuerdos comerciales y afinar los detalles que presenta la restitución de la confianza perdida por siete años de inactividad.
Los empresarios del sector agropecuario conocen ya las líneas de trabajo que orientarán el sector en el Plan Nacional de Desarrollo 2022 – 2026, por lo tanto, es urgente que los distintos gremios estructuren sus planes de acción para aprovechar la vocación productiva del suelo del Cesar y apunten en el corto plazo a lograr la soberanía alimentaria del Cesar, a partir de la cual los excedentes tendrán la opción de ser comercializados con Venezuela o cualquier otro país que demanden nuestros productos.
Seguramente estas nuevas dinámicas comerciales influirán a estabilizar los flujos migratorios que se irán reduciendo hasta alcanzar cifras anteriores al cierre de agosto de 2015.
Quedan muchas tareas pendientes a cargo de la institucionalidad pública y otras por parte del sector productivo, mencionemos algunas de ellas:
Atender la inseguridad urbana inducida por el microtráfico y la red de lavados de activos; conseguir que las fuerzas armadas de ambos países en acciones conjuntas eliminen los corredores de narcotráfico que utilizan las montañas binacionales para transporte de insumos y productos; avanzar hacia la generación de empleo formal mediante la generación de condiciones atractivas para que nuevas empresas se localicen en el Cesar; revisar la pertinencia de la aplicación de la Ley 191 de 1995 Ley de fronteras y sus decretos reglamentarios; revisar el listado de proyectos que se financiarán con recursos de regalías en 2023 y preparar los portafolios de inversión para hacer más atractivo al Cesar como territorio de inversiones.
José Luis Urón Márquez
Presidente Ejecutivo
Cámara de Comercio de Valledupar para el Valle del Río Cesar