Reiniciar el Cesar: un propósito inexorable

Desde la gesta libertaria liderada, inicialmente, por el precursor Alfonso Araujo Cotes, quien presentó el primer proyecto de segregación del Magdalena, y luego consumada por José Antonio Murgas, padre del departamento, junto a un grupo de distinguidas personalidad que soñaron un Cesar notable y grande no cruzábamos, en este hermoso territorio que cumple 55 años de inauguración (Creado por Ley 25 del 21 de junio 1967) una coyuntura de exigente premura respecto de tomar un segundo aire inspirador, iniciar una nueva era.

El proceso de creación del Departamento del Cesar estuvo matizado por connotaciones casi heroicas, ante una serie de circunstancias adversas: junto a la indócil oposición a la creación de nuevos departamentos, que llamaron antidepartamentalitis, ocurre el extravío en el Congreso mismo, del proyecto presentado por Alfonso Araujo Cotes, al parecer con la intromisión del parlamentario del Magdalena Ignacio ´Nacho´ Vives, quien enseguida se atraviesa creando La Guajira, despojándonos, además, de municipios del sur de ese departamento que hacían parte del propósito inicial.

Nada menos que la férrea oposición de líderes de connotada influencia política, como Pedro Castro Monsalvo, en el norte; de los Silva y Pisciotti, en el Magdalena, departamento del que intentábamos separarnos. La batalla librada por el parlamentario Manuel Bayona Carrascal del sur, defensor apasionado del departamento de Caro, con capital Ocaña, contrario a los riodorenses quienes realizaron un paro para oponerse a esa opción, circunstancia que animó la iniciativa del nuevo Cesar porque su ubicación geográfica, que incluía los corregimientos de San Martín y San Alberto, hoy municipios, impedía aquella idea.

Han pasado 55 años desde aquel momento en el que el presidente Carlos Lleras, le entrega la responsabilidad de la criatura recién nacida, como fue ilustrada la creación en una caricatura de la época, a Alfonso López Michelsen, quien asume en medio de una expectativa de connotaciones histórica tanto por los personajes, como por sus anuncios como primer gobernador, y profetizar que el Cesar sería el departamento Piloto de Colombia o Japón de Suramérica; propósito que se ha ido marchitado, por distintas razones.

Resetear para una segunda oportunidad

Con ocasión de los Reconocimientos al mérito Empresarial Julio Villazón Baquero, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar José Luis Urón Márquez, dejó planteada una tesis ambiciosa en el sentido de reiniciar del departamento.

Con unión, armonía y apalancados en la democracia, como prerrequisitos; propuso retomar la vocación agropecuaria migrando hacia la agroindustrial, el turismo de potencialidades admirables, apuestas fortalecidas con minería responsable, propulsando la reconversión y diversificación productivas, la transición energética justa y progresiva, y de esa manera, disminuir los desconcertantes índices sociales de pobreza, desempleo, desigualdad, informalidad empresarial e inseguridad.

“Hago un llamado a todos los cesarenses para que, despojándonos de odios, pasiones y retaliaciones, retomemos el rumbo económico, social y ambiental del departamento, y luchemos juntos para que pongamos a marchar al Cesar, rescatando la condición del departamento piloto de Colombia que soñó López”, dijo el presidente de la agremiación, y agregó: “Rescatemos el ejemplo del gran ejército de soldados colaboradores que contribuyó a nuestra emancipación del Magdalena para que le entreguemos, a las nuevas generaciones, un departamento en paz, próspero y seguro”, sostuvo.

Para Urón Márquez, “El proceso implica resetear el departamento, significando reiniciar con fuerza, decisión y pasión el territorio con participación de todos los actores: políticos, académicos, la sociedad civil y, por supuesto, los empresarios”, en quienes reconoció verdaderos gladiadores de lucha y entrega por el desarrollo de la región, enfrentando, con tenacidad, cargas impositivas, inseguridad y violencia, pero manteniéndose firmes con sus negocios generando riqueza y empleo.

Una cruzada de esta dimensión demanda visión, voluntad política, generosidad, elevada dosis de patriotismo, amor por el territorio y por nuestra gente, ejemplo que nos legaron los héroes de su creación de este fantástico territorio.

 

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